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lunes, 9 de mayo de 2016

¡Buen día seguidores!
Y tenía que llegar el día que hable de mi sensación maravillosa de coleccionar figurillas de porcelana Lladró. Elegirlas, buscarlas, conseguirlas, ubicarlas y apreciarlas…

                                                         Valenciana con cántaro - 1957

En los años 50 los hermanos Lladró, Juan, José y Vicente comienzan una aventura que se convertiría en una gran empresa. Instalan en su casa natal en Almássera, Valencia, un horno moruno mientras trabajaban en una fábrica de azulejos y vajillas.

A mediados de esta década, empiezan a realizar esculturas en las que se puede apreciar una clara influencia de las tendencias del setecientos. Estas piezas evocan las obras de las manufacturas de porcelana del pasado, como Meissen, Sèvres o Capodimonte.

Juan, José y Vicente deciden dedicarse exclusivamente a sus propias obras y trasladan su pequeña empresa a una nave en la población vecina de Tavernes Blanques, puesto que el taller familiar se ha quedado pequeño. 

La demanda empieza a crecer a pasos  agigantados, sorprendiendo y superando todas las expectativas. Así se profundiza el compromiso introduciendo innovaciones no sólo en el diseño sino en las técnicas de cocción,  consiguiendo reducir la cochura de tres etapas a una. La mono cocción es un método precursor que permite obtener el acabado cristalino y las tonalidades pastel propias de las obras Lladró.

Todas las piezas de Lladró tienen un logo que identifica su autenticidad, pero claramente no siempre fue el mismo.

Se agregan a la empresa escultores, químicos y decoradores y es aquí donde deciden incorporar  un logotipo a todas sus figuras. 

Junto a la leyenda “Porcelanas Lladró” reproducen una obra maestra de la cultura griega, la Victoria de Samotracia, asociando su apellido al ideal del arte clásico. 





 A  finales de esta década, Lladró abre una tienda en Valencia a la que seguirán dos más, en pocos años.

En los 60 se incorpora la palabra "Spain" al logotipo de Lladró como claro indicador de la vocación exportadora de la empresa. 



En 1962 crean una Escuela de Formación Profesional en el seno de la compañía, con el objetivo de transmitir la experiencia y la esencia del espíritu creativo de los hermanos Lladró.

En 1967 se inicia la construcción de La Ciudad de la Porcelana, un área en la que junto a edificios de fábricas y oficinas se ubican infraestructuras deportivas para el disfrute de los trabajadores.

El 13 de octubre de 1969 se inaugura este novedoso complejo, donde llevan a cabo una medida pionera, al ofrecer puestos de trabajo en su plantilla a personas con minusvalías, dando muestra de su preocupación por fomentar la integración social y laboral.

Triste Arlequín (1969), p
ieza que pertenece al escultor Fulgencio García (como todas las expuestas en esta entrada),
 marca un punto de inflexión creativo en la evolución artística de Lladró. Las líneas estilizadas de la figura y su aire romántico caracterizarán durante años el estilo Lladró, apreciado en todo el mundo.
 
Triste Arlequín -1969



        Pastorcita con cordero - 1970                                   La fuente cántaro suelo - 1974          


                                                            Pastor con cabra - 1970

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